Con un marcado estílo neo-gótico, la Iglesia de San Nicolás en la ciudad alemana de Hamburgo, fue diseñada por el arquitecto George Gilbert Scott y su construcción se llevó a cabo de los años 1846 a 1874. La torre de la iglesia ostentó el título de "la más alta del mundo" de 1847 a 1876 y aún al día de hoy es la segunda más alta en Hamburgo con sus 147 metros de altura.
La iglesia de San Nicolás fue construída en el lugar que ocupaba una iglesia del siglo XIV y que fue destruída durante el gran incendio de 1842. Fue durante los bombardeos de las fuerzas aéreas inglesas y norteamericanas en el mes de julio de 1943 que la iglesia sufrió daños catastróficos quedando solamente en pie la torre y los muros externos. Dichos bombardeos causaron la destrucción de más del 70% de esta ciudad alemana. Y aunque la destrucción de la iglesia fue considerada como un hecho lamentable por la comunidad, se le dió prioridad a la reconstrucción de otras edificios de la ciudad considerados como "más prominentes".
Así, los restos de la iglesia fueron preservados como un monumento conmemorativo en contra de la guerra. Los restos no fueron debidamente conservados durante varios años por lo que sufrieron graves deterioros y no sería sino hasta el año 1987 en que una comisión fue nombrada con el objetivo de restaurar la estructura básica de la iglesia. Así mismo, en la cripta de la misma se conservan escombros tanto de la iglesia como de otros edificios históricos de la ciudad junto con una impresionante exposición comparativa de la ciudad después de los bombardeos y de la misma al día de hoy.
En 2005, se instaló un elevador que lleva a los visitantes a lo alto de la torre donde es posible tener vistas espectaculares de la ciudad de Hamburgo.
Pero más allá de datos y cifras históricas, el hecho es que al estar parado en un lugar que fue escenario del conflicto bélico más trascendental del siglo pasado, es inevitable tener una sensación sobrecogedora. El lugar transmite una sensación del poder de destrucción del hombre que realmente da escalofríos y al mismo tiempo se torna difícil de comprender qué es lo que nos lleva a cometer tales atrocidades. Tan es así que los visitantes del lugar guardaban un respetuoso silencio que nadie se atrevia a romper y que inevitablemente invitaba a la reflexión. Reflexión acerca de los errores del pasado y de los errores que, como especie, aún estamos cometiendo y de los que nos faltan por cometer. Espero que ya no sean muchos.
2 comentarios:
Worale, la foto de la entrada se ve bien genial
^^
byE
Cierto, justamente de ahi es de donde parte el elevador hacia lo alto de la torre. Es espectacular.
Publicar un comentario