Más Negro que la Noche

Ofelia (Claudia Islas) es una joven mujer que vive en un depa acompañada de sus tres amigas Aurora (Susana Dosamantes), Pilar (Helena Rojo) y Marta (Lucia Méndez) hasta que hereda la vieja casa de su tía Susana con la única condición de que cuide y se haga cargo de su gato Becker. Las cuatro mujeres se mudan al caserón en el que extraños sucesos comienzan a ocurrir, voces extrañas y objetos que cambian de lugar entre otras situaciones poco comunes. Es Sofía, la antigua sirvienta de la casa quien advierte a las jóvenes acerca de la fuerte presencia de la tía Susana la cual parece rondar aun por las habitaciones atada a sus posesiones personales y que convertirá en imposible la vida de sus habitantes hasta desencadenar la tragedia y el horror.

 

 

Sépase que, con excepción de las cintas del Santo no soy un consumidor muy asiduo del cine nacional, sobre todo cuando se trata de las películas más actuales con ese tufo pretencioso y pseudointelectual característico de algunas de las últimas producciones. Sin embargo, esta cinta de 1975 de Carlos Enrique Taboada hace gala de un muy efectivo manejo del suspenso tomando como base una historia de terror a la antigua con una atmosfera opresiva muy bien conseguida. A destacar también el trabajo de las cuatro protagonistas (convertidas al día de hoy en pilares de las producciones televisivas y cinematográficas nacionales… para bien o para mal), guapísimas Dosamantes y la Méndez, las más jóvenes del reparto, antes de que tanta cirugía transformara sus rostros. Pero sin duda, quien sobresale del resto es Alicia Palacios como la sirvienta Sofía con una actuación convincente y llegando a generar más inquietud que el mismo espectro de la tía Susana.

 

 

Lamentos, sombras, apariciones, sonidos misteriosos y un omnipresente gato negro son los elementos constantes de esta cinta, una de las que convirtieron a Taboada en gurú del cine mexicano en lo que al género de terror se refiere ya que también fue el responsable de obras como Hasta el Viento Tiene Miedo (de 1968; tanto esta última como la que ahora nos ocupa ya “gozan” de versiones actualizadas o refritos sin sentido) o Veneno Para las Hadas (1984). Indispensable verse de noche y con las luces apagadas, el inconfundible ambiente setentero me parece que le da un toque más siniestro aunque no sabría explicar el porqué.

Titulo Original: Más Negro que la Noche

Director: Carlos Enrique Taboada

País: México

Reparto: Claudia Islas, Helena Rojo, Susana Dosamantes, Lucia Méndez 

Reseña: Doctor Zhivago

La imponente figura del general soviético Yevgraf Andréyevich Zhivago (Sir Alec Guiness) mientras observa a las trabajadoras de una hidroeléctrica rusa abre una de las cintas más celebradas de la historia de la cinematografía mundial. El general se encuentra buscando a su sobrina fruto de la relación entre su medio hermano el Dr. Yuri Zhivago (Omar Sharif) y la amante de este, Lara Antípova (Julie Christie) y procede a relatarle la historia de dicha relación a una joven quien cree podría ser la que busca.

La narración del general Andréyevich tiene lugar durante una de las épocas más convulsas para su país: de los años 1902 a 1929 abarcando la primera Guerra Mundial, la revolución rusa de 1917 y la guerra civil que derroco al régimen zarista imperante. Es en este tumultuoso periodo que conocemos la vida de Zhivago, un joven doctor y poeta que se enamora perdidamente de Lara, una estudiante que vive con su madre. Ambos deberán de superar difíciles pruebas: se conocen cuando ella es amante de un abogado corrupto a la vez que se encuentra comprometida con Pasha Antipov y él se compromete con Tonya Gomenko, su hermana adoptiva.

Durante la primera Guerra Mundial ambos se trasladan hasta el frente de guerra, el como médico de batalla y ella como enfermera para buscar a su ahora esposo Pasha. Sirven juntos en un hospital improvisado durante la revolución y se enamoran pero se llega el tiempo en que tienen que regresar a sus vidas y a sus respectivos hogares. El nuevo régimen soviético ahora instaurado ocasiona que dejen Moscú cada quien por su lado hacia los Montes Urales y aunque el destino se encarga de unirlos nuevamente su suerte no será la mejor en una gran historia que muestra como los acontecimientos históricos afectan la vida de los protagonistas haciendo énfasis en el drama humano y sus conflictos internos.

Para quien esto escribe, estas grandes épicas de antaño son las mas efectivas así como la razón por la que se creó el cine: tramas largas bien estructuradas, escenarios impresionantes, actores de renombre pero sobre todo historias cerradas, con un principio y fin, sin secuelas ni precuelas ad infinitum, siendo uno de sus mejores exponentes el realizador inglés David Lean, también responsable de otras obras monumentales como Lawrence de Arabia (1963) o El Puente Sobre Rio Kwai (1958) y que posteriormente encontrara eco con Sergio Leone con trabajos como Erase Una Vez en America (1984) y posteriormente con Anthony Minghella y su Paciente Inglés de 1996 por citar unos ejemplos.

En esta poética cinta conocemos a un hombre que sufre grandes pérdidas a lo largo de su vida comenzando por el seno materno y posteriormente con otras personas que serán importantes para él y al final solo quedara el perdón que tendrá que proporcionarse a sí mismo, en este último aspecto se trata de una historia que conmueve genuinamente y sin maniqueísmos en los que tal vez un realizador menos hábil hubiese caído. La música, los escenarios y la fotografía no tienen comparación.

Titulo Original: Doctor Zhivago
Director: David Lean
Pais: Estados Unidos
Reparto: Omar Sharif, Julie Christie, Alec Guinness

Siempre es tiempo para una Trooper

 

 

 

 

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