viernes, 31 de julio de 2015

Trilogía Mad Max


Ahora que su propio creador, George Miller ha resucitado y actualizado a las nuevas generaciones su Mad Max después de 30 años, es ahora que he dado una revisada a la trilogía del Guerrero de la Carretera, misma que no veía desde hace ya algún tiempo pero de la que conservaba recuerdos gratos. Comenzamos con:

Mad Max (George Miller, 1979)

Nos encontramos en el “no muy distante futuro” dominado por salvajes pandillas de motociclistas, Max Rockatansky (Mel Gibson) es policía en una sociedad descompuesta y es durante una encarnizada persecución que un pandillero muere junto con su pareja por lo que sus compañeros culpan a Max de ello y buscan venganza en contra de él y su familia.

Un guion sencillo pero lo fundamental es la forma en la que Miller  refleja la acción en pantalla: los encuadres y cortes de edición son precisos; la tensión y la violencia, casi palpables en todo momento y las persecuciones, cargadas de adrenalina en poco menos de 90 minutos. Un bebe cruzando la carretera en medio de una persecución, una cruda escena de violación y la tensión de los minutos finales suponen un punto de inflexión en una cinta que no da tregua.

Más impresionante aun tomando en cuenta que en ese entonces Miller era un recién graduado de la escuela de Medicina con poca experiencia en la industria cinematográfica y trabajando con un presupuesto muy bajo y de hecho se cuenta que varios de los vehículos se reparaban para aparecer en distintas secuencias. Un debut excelente tanto para Miller como para el personaje del “Loco Max”.

Mad Max 2 (George Miller, 1981)

Max Rockatansky regresaba un par de años después de su espectacular debut pero en esta ocasión la historia se desarrolla en un mundo post apocalíptico resultado de una gran guerra entre naciones que devasto a la civilización y los sobrevivientes viven ahora en un mundo desértico en el que el bien más preciado es la gasolina. En ese contexto, Max vive sin rumbo vagando por las ahora solitarias carreteras. La ocasión lo lleva a una especie de refinería-fortaleza en la que unos cuantos sobrevivientes sufren el asedio constante de una banda motorizada que busca el combustible fruto de la extracción petrolera.

Max se decide a ayudarlos a cambio de “todo el combustible que pueda llevar” consiguiendo para ello un vehículo con el cual escapar junto con buena parte de su valioso cargamento, pero las cosas no serán sencillas ya que primero tendrán que vérselas con quien quienes los tiene bajo constante asedio.

Esta cinta consigue la difícil tarea de superar a su ilustre antecesora, quedando ahora aquella como un excelente prologo o introducción al duro mundo de Mad Max. Los vestigios de una civilización anterior solo hacen más evidente un sentido de desesperanza y soledad, la evolución de Max Rockatansky como un hombre que lo ha perdido todo y solo vive al día es llevada de manera convincente, convirtiéndose en un antihéroe cuyas acciones buscan beneficiarle sobre cualquier cosa.

La escenas de acción están mejor logradas aun en relación con la primera cinta, sobre todo el espectacular clímax en el que todo se pone en juego y las posibilidades del mundo en que se desarrolla la cinta se amplían aún más, siendo que sus personajes ahora viven en un mundo sin reglas más que la propia sobrevivencia.

Mad Max: Beyond Thunderdome (George Miller & George Ogilvie, 1985)

En esta tercera aventura, Max se encuentra donde se había quedado: vagando de manera solitaria por las tierras yermas de un mundo post-apocalíptico a bordo de su vehículo que esta vez es remolcado por camellos, mismos que le son robados y buscando recuperarlos se dirige a una ciudad cercana que subsiste a base del trueque.

Una vez ahí, Max se verá envuelto en una lucha interna de poderes que culmina con su exilio y posterior hallazgo de una comunidad de niños y jóvenes aparentemente sobrevivientes de un percance aéreo y quienes a su vez, serán determinantes para el futuro de Max.

Desde los créditos iniciales es evidente que nos encontramos antes una cinta de Mad Max diferente a las anteriores, algo más digerible y de acuerdo a los cánones que guiaban el cine de acción ochentero en su vertiente más comercial. Con un diseño de producción más elaborado en relación con sus predecesoras, Mel Gibson ahora convertido en una estrella y la presencia de Tina Turner en uno de los papeles principales, esta encarnación de Mad Max sin embargo se percibe un tanto inocua. No hay esa misma sensación de peligro o de que las cosas en cualquier momento se van a echar a perder, que en mi opinión es sello de la serie.

Peor aún si tomamos en cuenta que Bruce Spence, el célebre Capitán Gyro de la segunda parte, regresa para interpretar un personaje con las mismas características y hasta con un destino similar. Si en la segunda entrega la historia parecía expandir sus posibilidades, en esta tercera da síntomas de un agotamiento de formula prematuro. Tal vez haya sido por eso que su perpetrador decidió darle un descanso que se prolongó por 30 años.

Mad Max Trilogy
Director: George Miller
País: Australia
Reparto: Mel Gibson, Bruce Spence, Tina Turner

domingo, 19 de julio de 2015

Dean Koontz - Innocence


"We hold each other hostage to our eccentricities"


Addison Goodheart vive oculto en habitaciones secretas bajo una ciudad anónima ya que su sola apariencia puede provocar el temor e instintos asesinos en quienes lo llegan a observar y únicamente se aventura de manera eventual a recorrer las calles en altas horas de la noche en calles desiertas y de manera furtiva viviendo así en la más absoluta soledad.

Una noche mientras se encuentra en una biblioteca a la que había accedido por medio de un pasaje subterráneo observa a una joven que es perseguida por un hombre con intenciones de asesinarla pero ella logra esconderse y su perseguidor abandona el lugar. Addison deja su escondite y por algún extraño impulso decide presentarse ante la joven quien a su modo también es una reclusa en su mundo ya que también es una persona solitaria con una peculiar fobia social gracias a la cual no soporta ser tocada por nadie rehuyendo así todo contacto humano.

Ella le revela que su nombre es Gwyneth y su perseguidor, el asesino de su padre a quien ella busca desacreditar personal y profesionalmente ya que es un conocido filántropo de su ciudad. Addison inmediatamente decide hacer causa común con ella a la vez que el relato nos va dando pistas acerca de la verdadera naturaleza del protagonista así como de aspectos de su pasado.

Se trata de una historia con un punto de partida interesante que recuerda inevitablemente a historia clásicas como La Bella y la Bestia o El Fantasma de la Opera; o algunas más recientes como V de Venganza, en tanto el protagonista vive en habitaciones subterráneas y siempre que las abandona cubre su rostro con una máscara para ocultar su aspecto a los demás. Sin embargo, son muchos los elementos que rodean a la historia, tanto que aparentemente no tiene un propósito fijo. Por ejemplo, además de su peculiar aspecto Addison puede ver algunas entidades que conviven entre nosotros pero que son invisibles a los demás: los brillantes y las neblinas (“Clears” y “Fogs” en el texto original).

Los primeros son seres de apariencia antropomorfa con indumentaria parecida a batas de cirujanos y que emanan un brillo interior que puede ser verde o azul, en tanto que los segundos no constan de forma definida ya que se trata de nubes de gas o neblina con voluntad propia que se hospedan dentro de personas que han cometido actos criminales. Los portadores de las neblinas son aparentemente inconscientes de ello. Gwyneth por su parte, también busca destruir una colección de muñecos de madera los cuales le provocan una peculiar aversión.

Pero lo más desconcertante de toda la novela es que hacia el final toma un rumbo radicalmente distinto a lo que hasta ese momento se había narrado. Deja de ser una sencilla historia de un par de solitarios que se unen gracias a sus particularidades a ser un relato de proporciones mucho mayores a las que originalmente se habían planteado. Este giro de 180 grados hace desmerecer lo que hasta ese momento se había construido hábilmente y echa por la borda toda la historia.

Dean Koontz no es un escritor muy conocido en México pero en Estados Unidos goza de una reputación a la par de un autor como Stephen King, además de ser uno de los más prolíficos. Recuerdo que la primera obra de su autoría que tuve la oportunidad de leer fue Fantasmas (Phantoms, 1983), una dura novela de terror y suspenso que prácticamente no da respiro al lector y que además tuvo una regular adaptación cinematográfica protagonizada por el “Batman” Ben Affleck y el legendario Peter O’Toole en los papeles protagonistas. Otros de sus trabajos que he leído han sido Medianoche (Midnight, 1989), Nocturno (Fear Nothing, 1997) o Tinieblas (Seize the Night, 1998) los cuales, sin ser una maravilla, sí me han hecho pasar buenos momentos. No es que Innocence sea mala, pero pierde el rumbo de manera muy repentina en una historia que podía haber dado mucho más de si.

Título: Innocence
Autor: Dean Koontz
País: Estados Unidos
Año: 2013

sábado, 4 de julio de 2015

30 años de Volver al Futuro


Volver al Futuro cumple 30 años, una cifra significativa tanto porque son 30 años los que retrocede en el tiempo su protagonista Marty McFly (Michael J. Fox) como porque es justamente en 2015 donde se desarrolla parte de la historia de su segunda parte.

Es también significativo apreciar como ha cambiado el cine, al menos en su vertiente más comercial durante todo ese tiempo; únicamente hay que darle una vistazo a la oferta que para este año presentan los grandes estudios hollywoodenses, historias que se generaron hace veinte o treinta años: Jurassic Park, Terminator, Star Wars, Mad Max...

Hace algunos días su director Robert Zemeckis aseguró que la cinta no tendrá un remake mientras él y su guionista vivan para impedirlo. Una postura muy comprensible del realizador: para quienes tuvimos la fortuna de haber asistido a las salas cinematográficas durante los 1980's una cinta nueva era justo eso, una historia fresca o cuando menos, con un enfoque diferente y arriesgado.

Volver al Futuro es hija de su época por lo que tampoco me gustaría un refrito de la misma, a pesar de que la mayor parte de la cinta transcurre en 1955 todo en ella transpira 1980´s, los walkman y audífonos de diadema de McFly, el look de los personajes o el mismo DeLorean, una película emblemática que supo captar el espíritu de su época, irrepetible y que llena de información al espectador y le exige atención a los detalles desde un inicio, la escena del noticiero informando del robo de plutonio al inicio de la cinta o la primera vez que se hace referencia al rayo que destruyó el reloj de la ciudad parecen insertadas de manera casual. 

El ritmo es perfecto y cada personaje tiene su razón de ser, la química entre Fox y Christopher Lloyd es perfecta así como la ambientación de los 50's. Treinta años y sigue emocionando como en 1985. Treinta años que, dicho sea de paso le han sentado muy bien a Lea Thompson...


Título Original: Back to the Future
Director: Robert Zemeckis
País: Estados Unidos
Reparto: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson

Ian McEwan - Expiación

"Sabía lo que exigían de ella. No una simple carta, sino una nueva crónica, una expiación, y estaba preparada para redactarla."...