domingo, 19 de julio de 2015

Dean Koontz - Innocence


"We hold each other hostage to our eccentricities"


Addison Goodheart vive oculto en habitaciones secretas bajo una ciudad anónima ya que su sola apariencia puede provocar el temor e instintos asesinos en quienes lo llegan a observar y únicamente se aventura de manera eventual a recorrer las calles en altas horas de la noche en calles desiertas y de manera furtiva viviendo así en la más absoluta soledad.

Una noche mientras se encuentra en una biblioteca a la que había accedido por medio de un pasaje subterráneo observa a una joven que es perseguida por un hombre con intenciones de asesinarla pero ella logra esconderse y su perseguidor abandona el lugar. Addison deja su escondite y por algún extraño impulso decide presentarse ante la joven quien a su modo también es una reclusa en su mundo ya que también es una persona solitaria con una peculiar fobia social gracias a la cual no soporta ser tocada por nadie rehuyendo así todo contacto humano.

Ella le revela que su nombre es Gwyneth y su perseguidor, el asesino de su padre a quien ella busca desacreditar personal y profesionalmente ya que es un conocido filántropo de su ciudad. Addison inmediatamente decide hacer causa común con ella a la vez que el relato nos va dando pistas acerca de la verdadera naturaleza del protagonista así como de aspectos de su pasado.

Se trata de una historia con un punto de partida interesante que recuerda inevitablemente a historia clásicas como La Bella y la Bestia o El Fantasma de la Opera; o algunas más recientes como V de Venganza, en tanto el protagonista vive en habitaciones subterráneas y siempre que las abandona cubre su rostro con una máscara para ocultar su aspecto a los demás. Sin embargo, son muchos los elementos que rodean a la historia, tanto que aparentemente no tiene un propósito fijo. Por ejemplo, además de su peculiar aspecto Addison puede ver algunas entidades que conviven entre nosotros pero que son invisibles a los demás: los brillantes y las neblinas (“Clears” y “Fogs” en el texto original).

Los primeros son seres de apariencia antropomorfa con indumentaria parecida a batas de cirujanos y que emanan un brillo interior que puede ser verde o azul, en tanto que los segundos no constan de forma definida ya que se trata de nubes de gas o neblina con voluntad propia que se hospedan dentro de personas que han cometido actos criminales. Los portadores de las neblinas son aparentemente inconscientes de ello. Gwyneth por su parte, también busca destruir una colección de muñecos de madera los cuales le provocan una peculiar aversión.

Pero lo más desconcertante de toda la novela es que hacia el final toma un rumbo radicalmente distinto a lo que hasta ese momento se había narrado. Deja de ser una sencilla historia de un par de solitarios que se unen gracias a sus particularidades a ser un relato de proporciones mucho mayores a las que originalmente se habían planteado. Este giro de 180 grados hace desmerecer lo que hasta ese momento se había construido hábilmente y echa por la borda toda la historia.

Dean Koontz no es un escritor muy conocido en México pero en Estados Unidos goza de una reputación a la par de un autor como Stephen King, además de ser uno de los más prolíficos. Recuerdo que la primera obra de su autoría que tuve la oportunidad de leer fue Fantasmas (Phantoms, 1983), una dura novela de terror y suspenso que prácticamente no da respiro al lector y que además tuvo una regular adaptación cinematográfica protagonizada por el “Batman” Ben Affleck y el legendario Peter O’Toole en los papeles protagonistas. Otros de sus trabajos que he leído han sido Medianoche (Midnight, 1989), Nocturno (Fear Nothing, 1997) o Tinieblas (Seize the Night, 1998) los cuales, sin ser una maravilla, sí me han hecho pasar buenos momentos. No es que Innocence sea mala, pero pierde el rumbo de manera muy repentina en una historia que podía haber dado mucho más de si.

Título: Innocence
Autor: Dean Koontz
País: Estados Unidos
Año: 2013

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