martes, 18 de enero de 2011

La Degradación de un Monstruo - Parte II

Recuerdo que en 1994, cuando apareció la cinta "Entrevista con el Vampiro" del director hoy venido a menos Neil Jordan, se desató un auténtico furor vampírico. Tal fue el alcance que inclusive los diseñadores sacaron su moda "de vampiros" (lo que sea que eso signifique). Y como no iba a ser así ya que ahora los presentaban como algo cool: salir únicamente de noche, ser joven y bien parecido por toda la eternidad y con un aire de melancolía y meditaciones trascendentales que lo único que hacia era resaltar su atractivo (cuando la cinta más bien se centraba en una relación familiar disfuncional que establecen los personajes). Con esto surgió un nuevo tipo de vampiro al cual, más que el hecho de beber sangre, le importaba más que tan bien se veía haciéndolo. Es decir, el ser vampiro a mediados de los 90's era algo glamoroso, por no mencionar lo ridículo.


Tanto las novelas de Anne Rice como la cinta de Jordan influyeron en el desarrollo del juego de rol Vampiros: La Mascarada en el que cada integrante experimenta la vida sobrenatural del vampiro en el Mundo de Tinieblas. Un juego en que sus integrantes están concientes de su naturaleza. Sin embargo, en 1996 se dió el caso del jóven Roderick Ferrel, asiduo participante del juego y quien asesinó a los padres de su novia para posteriormente beber su sangre. Ferrel alegaba ser un vampiro de más de 500 años de antiguedad llamado Vesago.


Pero más allá de estos hechos aislados, el mundo moderno ha aceptado a los vampiros como seres ficticios y casos como el de Ferrel, o el de Richard Chase apodado "El Vampiro de Sacramento" porque en los años 70's solía beber la sangre de sus víctimas, o Peter Kurten en los 80's en Dusseldorf, Alemania, se deben a desórdenes mentales que son explicados ampliamente por la psiquiatría y otras áreas de estudio en la actualidad. Sin embargo, en la mente de un habitante de Europa del Este del Siglo XVII los vampiros eran una amenaza real. Bestias antinaturales sedientas de sangre y con un olor fétido que sale de su escondite al ponerse el sol. No creo que hubiera mucho glamour en eso...

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"Sabía lo que exigían de ella. No una simple carta, sino una nueva crónica, una expiación, y estaba preparada para redactarla."...