Desde que tengo uso de razón, siempre me ha atraido la celebración y el culto del Día de Muertos, la idea de que los que se han ido regresen a acompañarnos por unos días me parece irresistible. La muerte es tan fascinante como misteriosa y aterradora en cuanto no sepamos que es lo que nos espera una vez que crucemos el umbral del más allá. Considero El día de muertos como una de las últimas celebraciones netamente mexicanas que de sus raíces prehispánicas ha sobrevivido hasta nuestros días, ya que muchos de los cultos nacionales actuales son herencias e imposiciones de otras culturas; y que mejor que pasar unos días en la hermosa ciudad de Morelia y sus alrededores, un lugar en donde se vive con todo fervor esta festividad.
Pero conservar una tradición de esta magnitúd no es tarea fácil, sobre todo en la época actual que es la era dorada de las comunicaciones en la que las influencias de otras culturas ha hecho mella en nuestra forma de pensar y hasta en nuestro comportamiento. Por eso me parece loable que el gobierno de esta ciudad lleve a cabo concursos de altares de muertos entre los jóvenes estudiantes que aquí residen.
Es también la fecha en que la ciudad viste literalmente con la tradicional y bella flor del cempaxóchitl por todos sus rincones, siendo así un auténtico placer caminar por las calles de la ciudad sintiendo el fresco de la tarde al tiempo que va uno admirando las obras de artistas profesionales y aficionados que se esmeran por ofrecer un espectáculo al turista...
...aspecto que también se ve reflejado en las entradas de los domicilio particulares.
Pero ninguna visita a la ciudad estaría completa sin la visita a los principales panteones de los alrededores como el de Zamora, Janitzio o Uruapan, que es en donde los deudos de los ahí enterrados ciudan sus tumbas y esperan la llegada del familiar o el amigo ya fallecido para que tome sus ofrendas y compartan una velada de recuerdos y risas. Vivos y muertos de nuevo juntos un día del año.
Lamentablemente, son muchos los que en el marco de las festividades aprovechan la ocasión para dedicarse a la bebida y el escándalo fuera de dichos camposantos y sin el menor respeto hacia quienes guardan la última morada de los que ya se han ido, algo que sin duda debe ser regulado por las autoridades del estado. Ya de vuelta a la ciudad de Morelia, las festividades continúan ya sea por medio de representaciones teatrales urbanas, música o la narración de leyendas de la ciudad por actores callejeros.
Sin duda, una visita a este lugar y otros del país como Oaxaca o Hidalgo son visita obligada aunque sea de una vez en la vida, ya que por estos lugares, la festividad del Día de Muertos se convierte en toda una experiencia y es algo único que nos caracteriza como pueblo orgulloso de sus tradiciones.
Más que celebrar la muerte, es también la oportunidad de recordarnos de que aprovechemos la vida. Por eso, una de mis frases favoritas es Memento mori: recuerda que morirás.
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