El pasado 14 de febrero se cumplieron 20 años del estreno (al menos en Estados Unidos) de El Silencio de los Inocentes. Estupenda cinta de suspenso que obtuvo una serie de importantes reconocimientos a nivel mundial y que ha quedado grabada en el inconciente colectivo del público cinéfilo alrededor del mundo. Una trama bien elaborada y mejor ejecutada que ha sido imitada hasta la saciedad con resultados desiguales, y en la que destaca la maravillosa actríz que es Jodie Foster en el papel de la novata agente del F. B. I. Clarice Starling.
Pero la verdadera estrella del show es el Doctor Hannibal Lecter, interpretado por Sir Anthony Hopkins en el papel de su vida, y a pesar de que realmente son pocos los minutos en los que hace su aparición, son memorables. Hannibal Lecter es uno de los personajes más fascinantes de la literatura moderna: un brillante cirujano y psiquiatra asesino con predilección por la carne humana. Versado en un sinfín de disciplinas tanto del arte como de la ciencia moderna, con un exquisito oído para la música clásica y poca tolerancia hacia las personas poco educadas o, de plano ignorantes.
Lecter realmente "nació" en 1981 con la aparición de la novela de Thomas Harris, "Dragón Rojo", misma que fue llevada al cine en 1986 por el maesto Michael Mann y en la que el actor Brian Cox interpretó por vez primera a Lecter. La cinta de Mann tuvo poca trascendencia y fue la versión de Jonathan Demme la que catapultó a la fama al personaje que hoy nos ocupa. Tal fué el éxito de la interpretación de Hopkins que dió para otras tres cintas en las que apareció el personaje: la brillante Hannibal (2001, de Ridley Scott, que apareció justo 10 años después), una nueva versión de Dragón Rojo (2002, Brett Ratner) y la decepcionante Hannibal, El Origen del Mal (2007, Peter Webber).
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