jueves, 29 de julio de 2010

Manoj


La semana pasada estuvo en México el director de origen hindú Manoj Nelliyattu Shyamalan, mejor conocido como M. Night Shyamalan para promocionar su más reciente trabajo: El último Maestro del Aire (The Last Airbender, 2010) basada en la serie animada Avatar: La Leyenda de Aang (el veradero Avatar, hasta para nombrar sus cintas James Cameron ha perdido originalidad). Durante la conferencia de prensa una periodista le cuestionó acerca de cómo han sido recibido sus últimos trabajos y de que si el hecho de haber dirigido en esta última ocasión una cinta que el realizador no escribe ni produce (a diferencia de todos sus anteriores trabajos) no es una maniobra comercial, además de que casi lo catalga como un "vendido", a lo que el "dire" contraataca de forma pedante y hasta grosera diciéndole que si pensara como ella se suicidaría y que dentro de unos años todo mundo reconocería lo grande que es él.


En mi opinión, la pregunta de la reportera no carece de fundamento, ya que los últimos trabajos de Shyamalan han sido tratados muy mal por crítica y público, mismos que en alguna ocasión lo calificaban como la nueva promesa del cine americano. Lo cierto es que el nombre del director/escritor/productor se ha convertido en sinónimo de polémica: durante la recientemente celebrada Comic Con en la ciudad estadounidense de San Diego, al proyectarse el trailer de la cinta "Devils" se revela en los créditos que es una historia original de Shyamalan, lo que ocasionó abucheos por parte del respetable.

Pero mientras un sector de la crítica lo aborrece, otro lo alaba ocasionando una polarización de opiniones rara vez vista, pero ¿a qué se debe dicho fenómeno? después de todo se trata de un cineasta como cualquier otro, con cintas buenas y malas, tal vez al hecho de que en su momento se le catalogó como un auténtico prodigio en lo que a narración de historias se refiere. Todo comenzó cuando...


El Sexto Sentido (The Sixth Sense, 1999)

...después de dos cintas independientes y casi desconocidas (Praying with Anger, 1992 y Wide Awake, 1998), Shyamalan sorprende al mundo con este estupendo discurso acerca de la falta de comunicación, redención y de la búsqueda de la identidad propia disfrazado de película de terror y con excelentes actuaciones de Bruce Willis y Haley Joel Osment. Una cinta con una sensibilidad bastante inusual sin llegar a la cursileria. Además aquí se muestran varios elementos que posteriormente serían constantes en las historias de M. Night: el uso de un género determinado como vehículo para contar una historia, personajes que viven "fuera" del mundo que les rodea o descontentos con el mismo, finales sorprendentes, el entendimiento de que para superarnos y llegarnos a donde queremos estar depende de qué tanto nos conozcamos a nosotros mismos, la exploración interior, así como el hecho de enfrentar nuestros propios y más profundos temores ¡ah! y una excelente partitura musical a cargo de James Newton Howard. Una cinta imprescindible.


El Protegido (Unbreakable, 2000)

Un año después, Shyamalan repite protagonista y guión en una obra que creo es más redonda que la anterior; y de paso rinde un auténtico homenaje al mundo del cómic y su mitología. Nuevamente estamos hablando de comunicación (o la falta de ella) en casi todas las escenas de la cinta: desde el malogrado flirtreo inicial de David Dunn (Bruce Willis) con una chica que se sienta su lado en un tren hasta la conmovedora escena en la que Dunn y su hijo con sólo unas miradas se entienden completamente y casi sin palabras. También encontramos el conocimiento interior cuando finalmente Elijah Price (Samuel L. Jackson) y Dunn se encuentran a sí mismos y su lugar en el mundo ("ahora que sabemos quién eres tu, sé quién soy yo"). Esta es para mi, la mejor cinta del realizador (aunque se autoplagie).



Señales (Signs, 2002)

Y comienzan los problemas. Aquí el autor se involucra en demasiados géneros como son la ciencia ficción, el drama familiar, el suspenso y la comedia para contar una historia de redención (¿oootra vez?) y de recuperación de la fé perdida. En esta ocasión, es Mel Gibson el prota e interpreta a Graham Hess, un granjero y ex ministro de iglesia que a raíz de la trágica muerte de su esposa en un accidente, ha perdido la fé y se ha distanciado de sus dos hijos quienes incluso ven a su tío Merril (Joaquín Phoenix) como la figura paterna. Es en esta situación que Shyamalan construye su discurso de superar dificultades y comenzar a creer de nuevo en las señales que vemos todos los días; y a partir de ahí tomar nuestra decisión de si se trata de una casualidad o algo más. La premisa es interesante pero creo que el realizador se va por muchos vericuetos para concretarla y en algunos casos se preocupa por impactar demasiado... sin conseguirlo; esto quizá debido a que el espectador está condicionado al "giro de tuerca" o sorpresa final que en sus cintas anteriores había mostrado. Aún así, es una cinta muy disfrutable.


La Aldea (The Village, 2004)

En la referida conferencia de prensa, M. Night Shyamalan señala que ésta es su cinta favorita de las que ha realizado. Es comprensible ya que en esta se habla abiertamente del amor que se profesan los protagonistas Ivy Walker y Lucius Hunt (Bryce Dallas Howard y Joaquín Phoenix respectivamente), habitantes de una aislada comunidad del siglo XIX. Misma comunidad que sufre el asedio de unos misteriosos seres conocidos como "los innombrables". La cinta está cargada de simbolismos: los habitantes de la aldea generalmente usan unas capuchas amarillas (yellow, que en inglés también significa cobarde) mientras que los innombrables portan atuendos rojos (significado de emociones fuertes como la ira o la pasión). Por otro lado, irónicamente es Ivy (quién es ciega) la que tiene un mejor "panorama" de la situación en la aldea. A partir de aquí, el dire construye una historia acerca del miedo, de cómo no nos deja ver mas allá de nuestras narices y de como el amor es la clave para conquistarlo... es decir el mismo discurso de una cinta como Monsters Inc. de Pixar, pero sin tanto simbolismo ni complicación. Mismas complicaciones que hacen de La Aldea una cinta aburrida a ratos y que para un servidor no cumple las espectativas que llega a generar en sus primeros veinte minutos.

Por si fuera a poco, nos remata con el final "sorpresivo" que aquí no lo es tanto (confieso que a mitád de la peli ya lo veía venir) y sí totalmente innecesario, ya que la cinta había expuesto su tesis y lo demás es puro aderezo. Aquí ya vemos a un Shyamalan instalado en su pedestal de "genio" haciendo un cameo (como en todas sus cintas) que parece decirnos "a que no lo veían venir ¿eh? y YO soy el responsable, admírense y admírenme". Bastante floja.



La Dama en el Agua (Lady in the Water, 2006)

Para unos una gran película pero para otros un enorme despropósito y el resbalón más grande en la carrera del realizador hindú. Cleveland Heep (Paul Giamatti) es una Don Nadie que trabaja como intendente en un edificio de departamentos hasta que un día encuentra a una misteriosa mujer (Bryce Dallas Howard) que resulta ser una ninfa surgida de un mundo fantástico y que quiere regresar a casa. Este pseudo cuento de hadas moderno nos habla de que nunca hay que perder nuestra capacidad de sorpresa y de como una comunidad que trabaja por un bien común puede lograr lo que se proponga, es decir una premisa bastante ingenua narrada de una manera absurda y hasta fastidiosa. Como curiosidad, aquí Shyamalan "mata" de manera cruel a uno de los personajes que resulta ser un crítico de cine... ya sabía el bodrio que estaba filmando...



El Incidente (The Happening, 2008)

Después de las duras críticas recibidas por su anterior cinta, El Incidente suponía el regreso de Shyamalan al tipo de cine que lo hizo famoso: misterios, personajes tan complejos como fascinantes y un profundo discurso sobre algún aspecto de la condición humana... lamentablemente no es así. Para empezar, a diferencia de sus cintas anteriores, aquí no tenemos personajes con un sombrío pasado o con profundas dudas existenciales: Elliott Moore (Mark Wahlberg) es un profesor de secundaria que ha tenido algunos problemas maritales con su esposa (Zooey Deschanel) aunque nada tan complejo como la crisis de identidad de un Elijah Price o la necesidad de un tratamiento psicológico inminente como la del jóven Cole en Sexto Sentido. Además, la premisa no va más allá de los suicidios colectivos (aunque estupendamente filmados) que cometen los habitantes de varias ciudades de los Estados Unidos. La película no elabora ningún discurso o moraleja al final, es decir, narrativamente no tiene un destino y uno se queda con la sensación de haber sido timado y de fea manera...



Así con estos antecedentes llegamos a El Ultimo Maestro del Aire (que NO pienso ver) y a la mentada conferencia de prensa donde vemos al otrora humilde realizador defender su postura berreando como chamaco alegando que es un incomprendido y que somos unos afortunados de tenerlo realizando sus espectaculares cintas y que ante todo de que NO es un vendido... mientras de fondo tenemos el promocional de un blockbuster veraniego dirigido por encargo ¡¡y en 3D!! Aunque tampoco debe ser muy difícil perder el contacto con la realidad cuando tienes a tu lado un monigote que aplaude tus gracias cuando contestas una pregunta de esa manera...

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