lunes, 12 de julio de 2010

El Cuervo



¡Demonios, como pasa el tiempo! después de tenerla algunos años en el olvido, tuve la ocurrencia de revisitar esta obra que durante un tiempo fue de mis preferidas y que con el paso del tiempo ha alcanzado el estatus de culto. Pero a mi leal saber y entender, en ocasiones hay que alejarse un poco de dichas obras para posteriormente retomarlas y valorarlas de acuerdo a los tiempos y situaciones actuales. Dicho ejercicio puede llegar a ser útil en el sentido de que un poco de perspectiva nos abre los ojos a detalles o lecturas que en su momento se pasaron por alto, o que no se les concedió el valor adecuado...

De esta manera, me encuentro con una obra que ha envejecido maravillosamente y que, lejos de parecer anticuada se ha ajustado adecuadamente a una lectura actual, con todo y que su banda sonora se conforme principalmente de rolas grunge o alternativas tan de moda en ese entonces (1994, sigo debiendo el pós de porque no me identifiqué jamás con dicho movimiento...) y que convierten a la peli en un acertado reflejo de aquellos años. Por otro lado, soy de los que piensan que la lamentable muerte de su estelar Brandon Lee durante el rodaje contribuyó a darle ese toque trágico-melancólico necesaria para una cinta de estas características (sobre todo en esa inolvidable escena en que unos niños con sus disfraces de Noche de Brujas iluminan el rostro de nuestro héroe mientras el ríe y la imagen se congela, estupendo) ya que después de todo trata de un tipo que regresa de la muerte por una venganza. Pero por otro lado, y en lo que considero que sí ha envejecido la cinta es en tratamiento que se le da a Eric Draven (el prota) ya que los flashbacks en los que lo conocemos en vida nos ponen a un fulano que bien podría ser el ideal romántico sobre todo de las goth girls: toca la guitarra en una banda de rock, escribe poesía, anda en moto (bueno, esto no sale en la pichur, pero se deduce fácilmente) y solo vive para su chava con quien se va casar la víspera del asesinato de ambos.


Tenemos así que El Cuervo (The Crow, Alex Proyas 1994) es una cinta en la que sus personajes se ven a través de prismas blancos y negros y sin apenas lugar para otras tonalidades: los buenos son ejemplares y los malos son deleznables, el malo de la peli es un cacique citadino que año con año y sin motivo aparente realiza grandes incendios en la ciudad y al recibir una quejas de unos inquilos de un edificio de departamentos firmada por la novia de Draven, inmediatamente ordena la ejecución de ambos dando así origen a la historia de El Cuervo, y aquí surge La Pregunta: ¿porqué la venganza del más allá se les concede únicamente a ellos? ¿y las miles de injusticias y peores atrocidades que se cometen a diario en nuestro mundo? Es difícil creerte una premisa así sobre todo cuando te encuentras viviendo en el mundo real y viendo noticias acerca de ejecuciones y levantones que se suscitan en nuestro diario acontecer... y no es que el paso de los años me hallan convertido en un viejo amargado: recién adquirí la colección de las Series Animada de Batman que reseñaré en alguna otra ocasión. Como dije, como pasa el tiempo. Eso sí, la ambientación de la peli es una maravilla.

Título Original: The Crow
Director: Alex Proyas
País: Estados Unidos
Reparto: Brandon Lee, Ernie Hudson, Michael Wincott

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