A mediados de los años noventas del siglo pasado el panorama para el Heavy Metal no era exactamente el mejor. Bandas emblemáticas como Iron Maiden y Judas Priest reemplazaban a sus vocalistas sin mucho éxito, mientras los susodichos cantantes experimentaban con música alejada del sonido que los hizo grandes. Metallica buscaba saborear las mieles del éxito comercial con los malogrados "Loads" y aunque bandas como Gamma Ray o Stratovarius editaban tremendos discazos, estos pasaban desapercibidos para el gran público consumidor. Sólo grupos como Pantera se mantenian con la frente en alto ante la invasión mediática de géneros como el Nu Metal.
Así las cosas, fué Glen Tipton, guitarra de los mencionados Judas quien tuvo los pantalones para editar un disco solista en esa época oscura y a sabiendas de que únicamente los incondicionales del Metal reconocerían el nombre de ese tal "Tipton". He de admitir que al momento de la edición de este "Baptizm of Fire", un servidor no pudo escuchar el album ya que incluso a la fecha es casi inconseguible además de que en ese tiempo la internerd estaba dando sus primeros pasos así que ni hablar de escucharlo "on line". Afortunadamente, y ante el enojo de gente como Lars Ulrich de Metallica, la situación ha cambiado y ahora es posible acceder a material que de otra manera es casi imposible conseguir en original.
Dejando de lado de una vez los preámbulos y una vez habiendole hincado el diente a la grabación que nos ocupa, la primera impresión que me deja es de que en esos días antes descritos, el mismo Tipton apostó un poco por la, en ese entonces, modernidad alejándose en parte del sonido Judas. Lo cual es bueno, ya que se trata de un trabajo más personal y que buscaba satisfacer necesidades artísticas que no tenían cabida en el Sacerdote Judas.
Lo malo es que no es un trabajo muy convincente, se percibe cierta confusión en lo que el mismo Tipton pretendía lograr en su debút solista. La inicial "Hard Core" suena bien, potente y dá una idea de lo que es el resto del trabajo. Pero le sigue una innecesaria versión del clásico de los Stones "Pain it Black", así como "Enter the Storm" y "Fuel me up" que no me dicen mucho. De hecho es hasta el track 6, el tema que da título al material que encuentro algo realmente bueno. La rola referida es instrumental y la que tiene más reminisencias al Judas. "The Healer" es otro pedazo de canción así como "Cruise Control" y "Voodoo Brother".
Pero luego el disco cierra con "Left for Dead", algo que no es de esperarse en un material de este género, con guitarras demasiado campiranas para mi gusto, una rola que queda fuera de lugar. La edición que escuché conteniene unos "Bonus Tracks" que curiosamente son, en mi opinión, lo mejor del disco: "Himalaya" que parece fué escrita para la voz de Rob Halford y es la única razón que encuentro para dejar fuera tan gran tema, épico y potente. Una gran rola. El otro "bonus" es la rockera "New Breed", otro gran tema bastante movido y bien elaborado.
En fin y pese a lo todo lo anterior, si el amable lector gusta del género musical más grande que existe, se trata de un material que no puede dejar pasar ya que a fin de cuentas estamos hablando de uno de los pilares del movimiento, además de que los temas antes señalados merecen escucharse ya que por algunos inconsistentes hay otros muy buenos de una leyenda del Metal que el tiempo ha ido poco a poco poniendo en su justo sitio.
La banda que acompañó a Tipton:
John Entwistle - en el bajo
Billy Sheehan - también en el bajo
Robert Trujillo - ¿que creen? pos en el bajo! y antes de que fuera contratado por Metallica
Cozy Powell - el bataco, quien durante su ilustre carrera tocara en bandotas como Rainbow, Miachel Schenker Group, Robert Plant, Whitesnake, Brian May o Black Sabbath y quien tristemente falleció en un accidente atomovilístico un año despues de la edición del disco que hoy nos ocupa.
Don Airey - en los teclados
Whitfield Crane - coros